Hugo e Ivette Pinto son hermanos y se han visto poco uno al otro, se conocen más profudamente por su voz, el tacto de sus manos, el sonido de la sonrisa y el olor de cada uno, pues han enfrentado una batalla constante desde su nacimiento.
Hugo e Ivette Pinto son hermanos y se han visto poco uno al otro, se conocen más profudamente por su voz, el tacto de sus manos, el sonido de la sonrisa y el olor de cada uno, pues han enfrentado una batalla constante desde su nacimiento.
Aunque creció sin el abrazo materno o el consejo de un padre, tuvo a una mujer valiente y amorosa que, vendiendo empanadas, le dio el pan de cada día y el ejemplo más puro de sacrificio.
En el corazón de El Salvador, en un rincón donde la vida y la esperanza se entrelazan con la naturaleza, dos niños – de distintas familias – enfrentan su destino con una sonrisa a flor de labios. Leonel y Esteban
A sus 37 años, después de haber superado el lupus, Brenda González, enfrenta una nueva batalla: la necesidad urgente de un trasplante de riñón, una condición que le enseña a diario que la vida no siempre es justa, pero que la fe y la actitud provocan los milagros.
El periodista y superviviente de cáncer facial, Santiago Leiva, que lucha por sobrevivir desde hace una década, comienza una nueva batalla, reconstruir su rostro desfigurado por la enfermedad.
César Arquímedes ya no llegó, su vehículo, un carro anaranjado, fue impactado violentamente por una camioneta que lo arrastró varios metros. César Arquímedes falleció casi al instante.
“Aquí por estos lares asustan, pero hoy nos asusta más la pobreza” sentencia Isabel que, a sus ochenta años sigue viviendo en el cantón Guadalupe, ubicado en la parte más olvidada del Distrito de Apopa