Por Carlos Hernández, Pastor de Iglesia Familia de Dios. Tomado de la reflexión diari «Caminando con Dios»
El Dios de Jesús está a favor de la vida, de la justicia, odia las guerras y sobre todo aquellas guerra genocidas y actos en contra de la dignidad de las personas que las religiones han hecho supuestamente en su nombre. Urge que dejemos de creer en el Dios de las religiones y creamos en el Dios de Jesús.
Y podríamos entenderlo mejor a partir de la historia siguiente
Antonio había crecido creyendo en un dios que parecía tener más reglas que amor. Le enseñaron a temer, a callar, a obedecer sin preguntar. Decía que creía en Dios… pero tenía más preguntas que respuestas de parte de Él.

El Dios de Jesús ama el amor solidario.
Un día, mientras hojeaba su vieja Biblia, se encontró con unas palabras que lo descolocan:
«Les he dicho todo esto para que no sucumban en la prueba» dijo Jesús «porque lo van a expulsar de las sinagogas. Más aún, llegará un momento en que les quitarán la vida, convencidos de que con ello rendiràn culto a Dios, y harán eso con ustedes porque no conocen el Padre, ni me conocen a mí» (Juan 16: 1-3)
Antonio sintió un nudo en la garganta. ¿Cuántas veces había juzgado a otros en nombre de ese dios que le enseñaron? ¿Cuántas veces usó versículos como piedras?
Esa noche, lloró, no por miedo, sino por tristeza. Se dio cuenta de que había conocido a un dios de costumbres… pero no al Dios de Jesús.
Un Dios que se pone del lado de la vida, que no tolera la injusticia, que no guarda silencio ante el sufrimiento, un Dios que no exige sacrificios, sino actos de amor y solidaridad entre los hermanos y los no hermanos, un Dios que no odia. ni condena a quien ama diferente, ni desprecia al caído, ni aplaude guerras, ni se esconde tras púlpitos de piedra, ni vive en grandes templos construidos con el sudor de los pobres.
Ese día, Antonio dejó de creer en el dios de las religiones… Y empezó a caminar con el Dios de Jesús.