“Mi nombre es Ada Guillén tengo 51 años de edad, desde niña soñé con muchas cosas, pero sobre todo, tener alegría, ser feliz en la vida, lo cual cuando era niña lo creía bastante complicado. Y entonces me preocupaba y no sabía qué iba a hacer conmigo, aunque estaba convencida que iba a lograr hacer muchas cosas. Una de las cosas con las que soñé siempre era con ir a la universidad.
Vengo de una familia con muchos problemas económicos, ya que en casa solo era mamá y éramos cinco hijos, todos varones y solamente yo de niña, era la última de la prole.
Y allá por los años ochentas, mis hermanos mayores tuvieron que emigrar del país por cuestiones de la guerra. Yo de niña le decía a mi mamá, mamá, yo quiero cantar, mamá, yo quiero bailar, mamá, yo quiero aprender a hacer música, yo quiero aprender a tocar el piano, quiero aprender a tocar la guitarra, mamá, yo quiero ser actriz, quiero ser como esas personas que salen en las novelas y en las películas. Y mi mamá siempre me decía, no andes pensando en esas cosas, tenés que pensar en cosas útiles que te den de comer.

Ada Guillén, en sus primeros años de locución, ahora es una destacada locutora de Radio Vive FM, los días domino tiene su turno.
A los once años aprendí a coser ropa, sin que nadie me ayudara, lo hice sola. Ya cuando estaba más grandecita, fui a donde dos costureras profesionales con mucha experiencia, que me enseñaran algunas otras cosas. Mi hermano mayor fue sastre, por lo cual había una máquina de coser en la casa y ahí fue donde aprendí, porque yo quería ser costurera. En verdad quería ser todo lo que se me presentara, era adolescente y joven, repleta de sueños, que parecían muy lejos.
Fui voluntaria de las olimpiadas especiales, ya que siempre acompañaba a mi hermano con síndrome de Down, allí aprendí a jugar voleibol y estuve a punto de ser seleccionada nacional de voleibol; pero mi mamá no me dejó. Entonces yo me había dado por vencida de que mi mamá me decía todo que no, era sobreprotección o falta de recursos algunas veces.
Ese año yo hice un taller de teatro, de escondidas de mi mamá, en el Teatro Nacional, pero cuando se dio cuenta me dio la regañada del siglo y me dijo que si yo me volvía a meter en esas cosas, pues me iba a sacar del colegio. Y como mi mayor sueño era ir a la universidad, pues yo opté por declinar – por ese momento – mi gusto por el teatro con tal de ser una buena estudiante en bachillerato. Obtuve el título de bachiller en el extinto Colegio Spencer, un bachillerato de cuatro años, mi primer logro con esfuerzo de mi madre, Secretaria Ejecutiva Bilingüe con especialidad en computación y con la oportunidad de poder ingresar a la universidad, que era una de las especialidades de ese colegio.
Un día mi madre me sorprendió, me inscribió en la escuela de locución del finado presentador de televisión Oswaldo Ortiz. Yo tenía 18 años y ser locutora había sido un sueño frustrado hasta ese día. Mi madre me estaba apoyando.
Paralelo a ese impulso, entré a la universidad, estudié comunicaciones y periodismo, luego de eso hice mi proyecto familiar, me casé, tuve mis dos hijos, pero nunca dejé de lado el querer seguir estudiando. Allá por 2008 me metí al Colegio Bautista de Teología de El Salvador, me gradué en 2011 de Teóloga. Estando ahí yo le dije a Dios, papito, yo quiero estudiar otra carrera universitaria, por favor, dame la oportunidad.
En 2013 yo ingresé a la Universidad Pedagógica de El Salvador, donde estudié en el primer diplomado en actuación teatral. Más o menos dos años después de eso, me quedé sin trabajo. Obviamente, sin trabajo no podía seguir pagando la universidad.
Dejé de estudiar como un año y medio. Cuando regresé a querer seguir estudiando, lo hice en la carrera psicología, que era la carreras que siempre me había gustado. Me gradué de psicóloga. Estudio y una activa participación teatral, fueron mis constantes esos años.
En la Universidad Pedagógica, no solamente aprendí técnicas de actuación, también recibí talleres de pintura, body paint, maquillaje, danza contemporánea, estatuismo. Y pues como yo era costurera, desde 2014 comencé a hacer todos los vestuarios del grupo de teatro, de constructo teatro de la Universidad Pedagógica y fui tremendamente feliz. Ya me había diplomado y era parte del elenco de Constructo Teatro.
Y pues en 2014 audicioné por primera vez para una película. Luego de eso empecé a audicionar más seguido para otras películas. He tenido la oportunidad de estar en cuatro películas.
Una de esas es hoy, que es una película que ha dado la vuelta al mundo, ha sido nominada a distintos premios y ha ganado muchos de esos premios a los que fue nominada del director Ricardo Batz. También he hecho una serie de cortos, he empezado a trabajar ya como actriz y locutora, prestando mi cuerpo y mi voz a personajes para comerciales de televisión, de redes sociales. Y ha sido ya un poco más extensa la gama de mi trabajo.

Ada Guillén en el personaje de la «Madre de doña Rosita» en la obra El Retablillo de Don Cristóbal de Federico García Lorca.
Ahora soy docente de teatro porque estoy trabajando desde el año pasado como docente de teatro de la Universidad Evangélica de El Salvador, con quien de verdad me siento súper honrada. He estado trabajando con grupos de jóvenes de distintas carreras de la universidad.
En 2014 yo ingresé nuevamente a la locución, en Radio Vive FM con turnos normales y en programas especiales como la revista Coffee, otro denominado foro de mujeres, Mujeres con Poder.
En la universidad pedagógica he tenido la oportunidad de estar 11 años en Constructo Teatro. Recién me gradué de psicóloga el año pasado, en diciembre, y desde que recibí mis credenciales el 18 de marzo de este año, pues ya empecé a ejercer un poquito en el área de psicología clínica, que es a lo que me quiero dedicar.
Ada Guillén en el personaje La Garza de la pieza teatral «¿Y la Rosa?» escrita por la dramaturga salvadoreña Jorgelina Cerritos, presentada en el Teatro Nacional de Santa Ana.
Mientras estaba por graduarme, hice un diplomado en psicología clínica y ahora estoy estudiando un diplomado en psicooncología. Y por otro lado, también estoy estudiando un diplomado en pedagogía para teatro. Entonces, esa cosa no se me quita de querer aprender.
Pero lo más importante para mi es la teología, sigo sirvo Dios, predicando. Cuando se me invita a predicar, yo predico.
He tenido la oportunidad de trabajar en el equipo pastoral de algunas iglesias en donde he trabajado, en escuela bíblica, evangelismo, preparación de servidores en distintas áreas, etc. Y es algo que de verdad he disfrutado mucho porque soy una mujer de fe.

Ada Guillén asegura impartir clases de teatro, ayudar con la salud mental a las personas y predicar la palabra de Dios son sus principales pasiones.
La fe es la que me ha llevado a estar hasta donde he querido llegar y que me sigue moviendo porque cada proyecto que viene a mí, siempre se lo pongo en las manos al Señor. Sigo tomada de las manos de mi padre. Las personas que me conocen, lo saben, lo respetan y me agrada ser multifacética, poderme desenvolver en distintas áreas.
Sigo trabajando los domingos de seis a nueve de la mañana. Tengo un turno en Radio Vive y un público maravilloso que se despierta conmigo bien tempranito.
Estoy agradecida con Dios y mi gratitud la hago realidad sirviendo a mi prójimo. Es algo que haré siempre. Espero que quienes escuchen o lean este testimonio. sean bendecidos, tengan una relación sana con Dios, siendo conscientes de que hay cosas que solamente Dios puede hacer, pero hay muchas otras que nos compete a nosotros hacerlas: Amar a nuestro prójimo, amarnos a nosotros mismos, amar y respetar a Dios, y más importante, someternos a su voluntad. Bendiciones”
Ada Guillén
Actriz de teatro, locutora, psicólogo y
sobretodo, hija y servidora del Dios altísimo