Artículo tomado de UNICEF
Conceptos erróneos más comunes sobre la salud mental
Conoce algunos de los conceptos erróneos más comunes sobre la salud mental:
Mito: Si una persona padece una enfermedad mental, es menos inteligente
Realidad: Las enfermedades mentales, al igual que las enfermedades físicas, pueden afectar a cualquier persona independientemente de su inteligencia, clase social o nivel de ingresos.
Mito: Sólo hay que cuidar la salud mental si se padece una enfermedad mental
Realidad: Todo el mundo puede beneficiarse al tomar medidas activas (hábitos saludables) para promover su bienestar y cuidar de su salud mental, así como de su salud física.
Mito: Durante la adolescencia no se presentan problemas de salud mental. Las y los adolescentes experimentan cambios repentinos de humor causados por el efecto de las hormonas y su comportamiento se debe a su deseo de llamar la atención.
Realidad: La mitad de los trastornos mentales comienzan a los 14 años. El 14% de los adolescentes del mundo sufren problemas de salud mental. En todo el mundo, entre las y los jóvenes de 10 a 15 años, el suicidio es la quinta causa de muerte más frecuente, y entre adolescentes de 15 a 19 años es la cuarta.
Mito: No se puede hacer nada para evitar que una persona desarrolle un trastorno mental. Los trastornos mentales son heredados por la genética.
Realidad: Son muchos los factores que pueden prevenir el desarrollo de trastornos mentales; entre ellos: el aprendizaje y refuerzo de las habilidades sociales y emocionales, fortalecimiento de la resiliencia, la búsqueda temprana de ayuda y apoyo, el desarrollo de relaciones saludables con las demás personas creando redes de apoyo afectuosas y cálidas, un entorno escolar y comunitario positivo y hábitos saludables de alimentación, actividad física y sueño.
Mito: Un trastorno mental es un signo de debilidad; si la persona fuera más fuerte, no lo padecería.
Realidad: Un trastorno mental no tiene nada que ver con ser débil o carecer de fuerza de voluntad. No es una enfermedad que la gente elija tener o no tener. De hecho, reconocer la necesidad de solicitar y aceptar ayuda para una enfermedad mental requiere mucha fuerza y valor. Cualquiera puede desarrollar una condición de salud mental.
Mito: Las y los adolescentes que sacan buenas notas, son populares y tienen muchas amistades no tienen ningún motivo para padecer de depresión o ansiedad.
Realidad: La depresión es un trastorno mental frecuente que resulta de una compleja interacción de factores sociales, psicológicos y biológicos. La depresión puede afectar a cualquier persona, independientemente de su estatus socioeconómico o de lo bien que parezca su vida a primera vista. Las personas que van bien en la escuela pueden sentirse presionados para tener éxito, lo que puede causar ansiedad, o pueden tener problemas en casa. También pueden experimentar depresión o ansiedad sin ninguna razón que pueda identificarse fácilmente.
Mito: Una crianza inadecuada causa trastornos mentales en las y los adolescentes.
Realidad: No. Una crianza inadecuada no causa trastornos mentales, pero si contribuye y/o los agrava. La crianza ineficaz afecta negativamente a niñas, niños y adolescentes en todos los ámbitos socioeconómicos.
Con apoyo, las madres, padres y los cuidadores pueden desempeñar un papel esencial para ayudar a los adolescentes a superar cualquier problema que experimenten
Mito: Los servicios de salud mental sólo son accesibles para las personas con recursos económicos.
Realidad: Así como cuando nos duele alguna parte del cuerpo y necesitamos ir a un médico o al hospital para recuperar nuestra salud física, de igual forma necesitamos recibir consejería o atención psicológica y psiquiátrica cuando nuestra salud mental esta quebrantada. Hoy en día podemos acudir al centro de salud más cercano para solicitar información o atención. Muchos de ellos cuentan con servicios de salud mental y si no los tienen, nos pueden referir para recibir la atención pronto. Si estás estudiando, pregunta en la escuela por el apoyo que brindan las consejerías escolares.