“Soy Milena Mayorga, una mujer exitosa por la gracia del Señor, con oportunidades desde muy joven en la televisión y en eventos mundiales de belleza como Miss Universo, en el cual repesenté a mi país, El Salvador, pero sobre todo una hija de Dios, una cristana que en medio de toda prueba Jesús ha sido mi roca, siempre mi refugio y mi esperanza de que todo mejoraría si esa es su voluntad.
Como el día que me diagnosticaron cáncer de cervix, literalmente me paralicé, la vida se detuvo, se complicó, mi mundo se venía abajo, la embajadora que hablaba bien de su país, no podía hacer lo mismo sobre su vida.
Siempre he sido una mujer metódica en hacerme anualmente mis exámenes, tanto mi citología, como mi mamografía, no fue por descuido, no fue por dejarme en último lugar como hacemos las mujeres, primero el marido, los hijos, la mamá y el papá, después, quizás al final, nosotros.
Despúes de Dios, mi primera prioridad he sido yo, recuerdo que mi mami siempre ha estado atenta a acompañarme en estas rutinas de examenes, hasta en combo nos hacíamos las pruebas. Y en una de esas visitas de control me dicen que me vieron algo sospechoso.
Me hicieron una biopsia luego me llamaron para hacerme más biopsias en el útero. El diagnóstico fue revelado posteriormene. Cáncer de cervix, bastante complicado, pues no era un cáncer que se pufiera eliminar con una operación, quitar el útero y se acabó, porque estaba en etapa tres, y presentaba metastasis.
Son esas noticias que uno lo paralizan me quedé qué no lo podía creer, que me estaban dando esa noticia a mí, cuando no había sido descuidada, simplemente sucedió.
En ese sentido, debemos entender que hay cosas que llegan a nuestra vida no porque Dios así lo disponga, sino que son oportunidades en las que nuestra fe es puesta a prueba para reverdecer en un desierto, donde somos nosotros aprendiendo a depender de Dios y de las personas que serán usadas en el proceso.
Empecé tomando decisiones y la primera fue tomarme de las enseñanzas de más de 20 años de estar escuchando palabra para ponerla por obra y creer que había un propósito y que yo iba a pasar por todo eso para reverdecer y de eso les quiero hablar, de que cómo florecer, porque yo siento que estoy renaciendo estoy volviendo a florecer. En San Juan 1:24 se lee “si el grano de trigo no cae en tierra y muere queda solo, pero si muere da mucho fruto”.
Cuando nos enfrentamos a un dolor como este, nos preguntamos ¿será que voy a salir adelante? Saben que yo lo primero que le pedí al Señor que no se me caiga el cabello, pero no por vanidad, sino porque una hermana de nombre Yanira siempre da testimonio de no haber perdido su cabello y eso motiva a tener fe, además, porque yo no quería dar lástima, he pasado desde los 14 años en el público y yo decía se van a burlar de mí, pero si se me caía ya tenía lista mi peluca.
Fueron dias difíciles, mi mamá se vino prácticamente a vivir conmigo en EEUU y apoyarme en el proceso de recibir de lunes a viernes 25 radioterapias, seis quimioterapias de cisplatino y carboplatin, tambien comenzaron las complicaciones me empezó a fallar el oído, ya no podía escuchar me cambiaron el tipo de quimio y cuando me cambiaron a otra los poquitos de cabello tostado se me caían.
Cuando me encontraba en esa crisis de las primeras radiaciones y me tenían que meter en ese túnel de la verdad, como le digo al escan, yo empezaba a llorar, pero era angustia, pero luego me tranquilizaba, cuando empezaba a orar el Salmo 23 “Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno porque tú estarás conmigo”.
Y así me tocó pasar dos meses porque fue un tratamiento intensivo, dos meses de lunes a viernes, radioterapia los jueves quimioterapia y de último me hicieron cinco braquiterapia.



Pero Dios nunca deja nadaq a la suerte. Yo estaba a punto de divorciarme, tenía casi ya un año de estar separada de Carlos, porque no es fácil estar a distancia con un hombre. Cuando me diagnosticaron ya casi iba a tener un año de estar separada. Entonces él empezó a escribirme y preguntar ¿cómo te sentís? ¿necesitas algo? “Estamos aquí para apoyarte” me decía.
En esos días vine al país y él me pidió que llegara a la casa, donde había vivido con él por 22 años, para cuidarme y mi mamá me dijo “Tú estás aquí sola, tú necesitas de tu familia” y yo le dije que volvería a casa, tal cual y les estoy abriendo mi corazón, porque en mi casa había un caos con esta separación, mi hijo se salió de la Universidad John Hopkins; mi hija se fue de mi casa y se vino a El Salvador, mi mundo se estaba cayendo. De nada me servía ser la gran embajadora si en su casa reinaba el caos y no la tenía en orden como sido el anelo toda mi vida. Y saben que yo he luchado por mi matrimonio. Me puse a cuentas con Dios y le dije Señor Perdóname si estas decisiones no no han sido las las correctas se me está cayendo mi casa.
A mí no me da pena estar aquí hablando de lo que Dios ha hecho en mi vida, el Señor puso orden y para gloria para Él, estoy saliendo adelante de esta enfermedad, saben qué ya me sacó de una y me va a volver a sacar de los procesos que Él decida. Estoy aquí hablando las maravillas del Señor, mientras él me de vida ese es mi pacto con él, voy a hablar como él me ha sanado, ha restaurado mi hogar y que mi hijo regresa a la Universidad a John Hopkins.
En esta batalla contra el cáncer y siempre es bueno poder compartir lo que Dios hace en uno, para que otras personas puedan replicar ese favor y creer porque la fe viene por el oír la palabra de de Dios. Así que siempre cuando me llamen grupos de mujeres que estén en cualquier parte del mundo, estaré ahí para poder hablar de las maravillas de Dios por medio de su Hijo Jesucristo, el Señor de mi vida y Salvador de mi alma”
(Redacción de AE 503, tomado del Canal de YouTube Milena Mayorga SV https://www.youtube.com/watch?v=7tKWAsnIHKY en el cual se puede escuchar y ver el testimonio completo)