Escrito por Julio Rodríguez, periodista.

Fredy Ramírez, “El Gato” para sus amigos”, aprendió desde muy joven a contar una historia con lo que sus ojos captaron y sus manos le dieron forma, se hizo de un oficio dinámico, creativo y exigente: fue y sigue siendo un camarógrafo, editor y post productor de vídeo.

Desde el día que llegó a El Noticiero, un segmento informativo nacido de la demanda noticiosa que exigía la guerra civil en El Salvador a mediados de los años ochenta hasta las mejores productoras audiovisual en las que trabajó, Fredy puso alma, corazón y vida para hacer un excelente trabajo.

Fredy Ramírez cubriendo noticias de guerra para El Noticiero de mediados de los años ochenta.

Han pasado más de 35 años, una experiencia que nadie se la puede cuestionar, pero cual si fuera un vídeo que es necesario editar para arreglar la historia, su vida se debate entre la extensión de otro capítulo o el fin abrupto de la película, en la cual es el protagonista.

Fredy Ramírez está enfermo, tiene hipertensión pulmonar y cardiomegalia, dos condiciones de salud que lo ponen a diario a caminar en la delgada linea de la continuidad o el final de la serie de su vida.

Fredy sufre de hipertensión pulmonar y cardiomegalia (corazón agrandado).

Su respiración requiere de un permanete generador de oxigeno, su caminar es y debe ser lento porque así lo dicta su gran corazón, grande en bondad, pero lamentablemente también de tamaño. Son circunstancias que demandan gastos que a veces, por no decir siempre, son una odisea cubrir con los ingresos que ahora registra.

Fredy siempre estuvo al frente de grandes acontecimientos en la guerra, buscando y cubriendo las noticias, como camarógrafo captando las imágenes del conflicto para llevarlas a la gente, pero hoy trata de encontrar los ángulos y enfoques, que no requieran de edición para que la gente se informe de su condición de salud.

Su casa es sencilla, vive con la humildad que siempre le caracterizó, allí ha instalado su cuartel de operaciones, donde edita y post produce videos y programas, que le generan discretos ingresos económicos

Fredy trabajaba como si el tiempo fuera una cinta de película en la que cada fotograma debe estar perfectamente alineado, su salud es muy delicada, pequeños esfuerzos son agotadores, ir al baño le cansa, hablar mucho lo debilita y su organismo es incapaz de generar oxigeno propio.

La hipertensión pulmonar, ese enemigo invisible, lo ha reducido a depender de un aparato de oxígeno, y aunque el control de su enfermedad parece ser más una ficción que una certeza, Fredy no ha dejado de luchar. El hombre que editó la historia de una nación, ahora edita su propia historia.

El giro inesperado que le puede llegar a cualquiera, ahora lo experimenta este curtido camarógrafo. Fredy, el hombre que siempre estuvo detrás de la cámara, hoy se ve ante una imagen de sí mismo, un retrato de fragilidad que no necesita edición, porque la realidad lo ha tocado de manera irreversible.

Pero Fredy sabe que para continuar editando su propia película, necesita más que sus dotes. Necesita de la solidaridad de su familia, amigos, colegas y de todos aquellos que alguna vez se vieron reflejados en las imágenes que su “ojo de gato” capturó para siempre.

Fredy en plena acción en los ceros de algún lugar de El Salvador cubriendo el conflicto armado.

La sensibilidad que el transmitió en cada una de sus imágenes, es la que quisiera despertar hacia su condición. Necesita la ayuda para seguir respirando, para poder continuar esa obra inacabada que aún tiene por delante, porque Fredy, con el corazón cansado y los pulmones que lo abandonaron, sabe que el reportaje de su vida no ha llegado a su fin.

El apoyo a Fredy puede ser económicamente, canasta básica, medicamentos o realizando alguna actividad en su beneficio.

Con el apoyo de quienes lo conocen, aquellos que han sido testigos de su generosidad y entrega, Fredy podrá encontrar el oxígeno necesario para seguir rodando. Su fe en Dios y su caminar junto al Maestro de Galilea, son las luces que usa para seguir filmando sus propios acontecimientos, que aún tienen color, sonido y efectos de esperanza.

Para ayudar a Fredy Ramírez

  • Llamar al móvil 503 6206 3338.
  • Hacer depósitos o transferenciasa la cuenta número 3420563870 del Banco Agrícola a nombre de Alfredo Rolando Ramírez Morales.
  • Coordinar con AE 503 PERIÓDICO DIGITAL llamando al 7768 6817 o escribiendo a direccion@periodicoae503.com